Hay que caminar, no queda otra. Los cospeles se convirtieron en el bien más preciado para los usuarios de los ómnibus urbanos de esta capital, por lo que hay que armarse de paciencia para conseguirlos. Los quiosqueros aseguran que hay fichas en el mercado, pero que es tan grande la demanda que se agotan rápidamente.

Por esta razón, algunos comerciantes decidieron racionarlos. Además, reaparecieron los vendedores ambulantes. "No tenemos muchos y vendemos cuatro por persona, como máximo. Debemos agotarlos rápido, antes de que vengan los municipales y nos desalojen", confió un hombre apostado en Mendoza y Muñecas.

En los quioscos también recurren al racionamiento. "Yo no vendo más de cinco por persona. Es la única forma de poder mantener el stock durante algunas horas. Hay pasajeros que te piden 30, 40 o 50. Si llegás a vender a ese ritmo, te quedás sin nada en dos horas", explicó María Emilia, quien atiende un drugstore en Córdoba al 300.

Lucía Albornoz, encargada de un quiosco de Santiago del Estero al 600, relató: "anoche nos quedamos sin cospeles; le pedimos a Trapasa que nos mande más, pero hasta ahora no nos trajeron nada". LA GACETA ©